Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Claves para una Navidad muy especial
Author: Jose Luis Duarte
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Recordemos que la Navidad es una época propicia para perdonar, para pasar la página y reconciliarnos con nosotros mismos, con la vida y con ...
Recordemos que la Navidad es una época propicia para perdonar, para pasar la página y reconciliarnos con nosotros mismos, con la vida y con los demás. Es especial para compartir, para expresar los mejores sentimientos y pensamientos a través de la generosidad y la solidaridad; también para replantearnos nuevos propósitos y metas personales que nos den un camino claro y bien definido a través del cual comenzar un nuevo año de una manera diferente y positiva.

Conseguir todo esto, en realidad, no depende de esta fecha en particular sino, más bien, de la actitud que asumamos al dejarnos envolver por los sentimientos que asociamos a esta época, especialmente si conservamos buenos recuerdos de ella.

Para cambiar la vida que llevamos necesitamos transformar algunas de nuestras creencias, sentimientos, actitudes y comportamientos. Al contrario de lo que algunos piensan, somos la causa que genera o atrae los efectos, las situaciones o las circunstancias que después tenemos que afrontar, individualmente o en conjunto.

Que en Navidad recuperemos la inspiración, la fortaleza, la confianza, el valor y la determinación que necesitamos para rescatar la ilusión, la ternura, la nobleza y la capacidad de recordar nuestros sueños para ir por ellos y convertirlos en realidad.

Deseo que esta Navidad sea el comienzo de una maravillosa etapa en nuestra vida. Que venzamos la apatía y el temor, que sanemos las heridas que nos han causado el resentimiento y la falta de unión, para que pongamos en marcha nuestra imaginación y voluntad, con el deseo de llenar de alegría, paz y amor todo a nuestro alrededor.

El regalo de Santa
Hoy quiero compartir con ustedes esta historia. Todos tenemos la necesidad de volver a conectarnos con la sensibilidad que nos permita reflexionar y ajustar el ritmo de nuestros días, con la intención de rescatar el balance, la paz y el bienestar.

"Quiero saber cómo, mientras viajas dejando regalos aquí y allá, nunca se terminan. ¿Cómo es, querido Santa, que en tu saco hay suficiente para todas los niños del mundo? Siempre está lleno, nunca se vacía mientras vas de chimenea en chimenea, a casas grandes y pequeñas de país en país. Santa sonrió y contestó: "No me hagas preguntas difíciles. ¿No quieres un juguete?".

Pero el niño dijo que no y Santa pudo ver que él esperaba una respuesta. "Ahora escúchame -le dijo al niño-, mi secreto te hará más triste y más sabio. Lo cierto es que mi saco es mágico. Dentro de él hay millones de juguetes para mi viaje en Nochebuena. Pero a pesar de que visito cada niño no siempre dejo juguetes. En algunos hogares no tienen comida, en otros hay tristeza o están desesperados, y en otros son malos. Algunos son hogares rotos, donde los niños sufren, y los visito, pero ¿qué puedo dejar..? Mi trineo está lleno de cosas alegres, pero para los hogares donde habita la tristeza, los juguetes no son suficiente. Así que en silencio me acerco y beso a cada niño, y rezo con ellos para que reciban la alegría del espíritu de la Navidad, el espíritu que vive en el corazón del niño que no recibe, pero que da. Si Dios escucha y contesta mi oración, cuando regrese el próximo año, lo que encontraré serán hogares llenos de paz y amor. Y niños llenos de luz infinita. Es un trabajo difícil, mi querido amiguito, dejar regalos para algunos y orar por otros. Pero las oraciones son los mejores regalos porque Dios tiene el don de satisfacer cualquier necesidad.

"El resto es que mi saco es mágico. En él nunca faltan el amor y la alegría porque dentro hay oraciones y esperanzas. No sólo juguetes. Mientras más doy, más se llena porque dando es como realizo mis sueños. ¿Y quieres saber algo? Tú también tienes tu propio saco. Contiene tanta magia como el mío y está dentro de ti. Nunca se vacía, está llenito desde el principio de tu vida. Es el centro de la luz y el amor. Es tu corazón. Y si en esta Navidad quieres ayudarme, no te preocupes tanto por los regalos. Abre ese saco que es tu corazoncito y comparte tu alegría, tu amistad, tu dinero, tu amor".

"¡Gracias por el secreto! Tengo que irme", dijo el niño. "Espera. ¿Te servirá lo que has aprendido?", dijo Santa. Por un momento el niño se detuvo, tocó su corazón y, simplemente, dijo: "Sí"... ¡Feliz Navidad, para ti y para los tuyos!

Maytte Sepulveda


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