La Noche en que la paz y la humildad se convierten en
amor
Un amor que nace, un amor que viene a hacernos sentir
tantas cosas, una noche en que las emociones nos vuelven vulnerables al grado
de no querer ser o estar aquí.
Recuerdos que me embargan los pensamientos y mi corazón
no deja de recordar…
Cuántos años han transcurrido desde que tenía 7, 8, 9
años!
Todos los que cada uno de nosotros tenga ahí, anidados en
el corazón como un tesoro de vida, de anhelos por trabajar, alcanzar, de
crecer, de sueños...
Algunos hechos realidad y otros, aún por cumplir pero que
si los guardamos en el corazón se vuelven algo así como una oración y sí,
alguien llega a escucharlo y es posible que se hagan realidad
No sé si de niña pedía mucho o no, tampoco sé si creía en
algo o no, tampoco se cuánta ilusión tenía ni que esperaba de la vida o de las
personas por qué nunca me lo preguntaba.
Pero lo que sí puedo recordar es que no necesitaba mucho
para ser una niña plenamente feliz y con una mágica vida... eso era felicidad
en su máxima expresión.
Hace tantos años que no le escribo una carta al Niño Dios
y mucho menos a los Reyes Magos para esperar mi regalo... hoy quiero regresar a
hacerlo, hoy que soy una mujer de 44 años me pongo a elucúbrar y escribir desde
mí ser más recondito, todos esos sueños de volver a ver, abrazar y estar con
las personas que ya se han ido, creer que los milagros se hacen en los míos y en
los tuyos, que el mundo sea un mejor lugar para todos, que haya comida en cada
mesa, por qué todos tengamos un bendito techo donde resguardarnos del frío y
del calor, abrigo, orar por todos los que echan de
menos su salud y agradecer por los que la tienen, y
créame que son pocos los deseos que menciono y que tengo para hacerles en mí
carta a esos seres de luz y fantasía, está humilde petición de Navidad sería
qué nos dejarán de nuevo bajo el arbolito de navidad esa inocencia, esa bendita
oportunidad de comenzar de nuevo y creer, creer en nosotros mismos, tener la
certeza y la esperanza con la inocente calidez y armonía de la infancia, que la
vida es bella y sí, cada día, cada bendito día es como un regalo para desenvolver
y buscar dentro esa sorpresa que hay para descubrir y hacer magia con los
regalos que la vida hoy por hoy me da, como la mujer, la madre, la hija, la
prima, la Amiga, la esposa de todos los que forman parte de mi vida, de mis
sentimientos y pensamientos.
Tú qué estás lejos o cerca de los tuyos, abrázate a tus
recuerdos, abraza a quienes hoy son y están contigo y en ti, yo abrazo a
quienes en mi están y saben quiénes son.
Gracias Vida por tanto, Gracias Dios por la Noche Buena y
que se haga en mi, él que nace y se manifiesta en mis semejantes la luz, el
amor y la Sabiduría llena de fortalezas.
Feliz Navidad.
Mariangel Contreras. Dic. 24 de 2019.
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