sin que acabe en ocaso,
sin tenerte conmigo,
sin mirarte a los ojos
y atrapar los suspiros
de tu boca que es mía.
No imagino la noche
sin que acabe en el alba,
sin dormir en tus brazos,
sin tu piel que me abriga,
sin que ahogues las llamas
de mi hoguera encendida.
María Elena Astorquiza V.
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