Me permito llorar por necesidad de expresar, liberar, sanar fantasmas pasados que lejos quiero. Me permito admitir miedos tremendos, de soledades, pérdidas, abandonos y penas.
Me permito meterme bien adentro en mi alma y encontrarme en silencio, buscando paz, buscando ocupar esos vacíos con los que me topo y a veces cuesta llenar.
Me permito, no me importa que me juzguen, admitir que no soy tan fuerte, ni tan noble, ni tan genio, ni tan perfecta, sino una simple mortal transitando esta vida, esta tierra.
Me permito ser consciente de mis fallas, mis errores, mis miserias buscando perdonarme y buscando el perdón de aquellos que lastimo con palabras o actos que hieren, alejan, apenan.
Me permito decir que necesito cariño, respeto y amor sincero. Que mi pasión son los abrazos tibios, las miradas hondas, las charlas profundas. Que ando aprendiendo a mi tiempo con ganas, con risas, con alguna pena pero con el alma lista y bien dispuesta para lo que venga.
Me permito ser permeable a todas las sensaciones, a sentirme imperfecta, acomplejada, Diosa, fuerte, frágil , sincera.
Que al final andan diciendo que en la mitad de la vida una es casi sabia, casi genio y de eso nada de nada, solo mujer con los mismos miedos de siempre pero con más permisos que ayudan a sentirse más plena y con increíble certeza de saber lo que es verdadero, lo lindo, lo grato, lo bueno, lo que realmente quiero.
Me permito seguir creyendo en mi fe, la magia, los sueños o en cuentos de hadas que hagan mas liviana mis cargas.
Permisos que hoy me doy…
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Mechi Mastandrea
Mayo 2015,
Buenos Aires,
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