porque forjaste en mí las tinieblas.
Mis noches se han vestido de penumbras
solo oigo el palpitante galanteo de tu voz.
El tiempo borró el ritmo oculto de la luna viajera
y los ensueños rasgaron sus vestidos de seda.
Envuelvo las frondas, símil de mi martirio
en las opacas tardes del olvido.
Tus carcajadas oscuras me acompañan
en el césped inquieto de la locura.
Mariela Lugo
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