Explorando mis temores, habitándome, siéndome, muriéndome...
Y las arrugas de mi piel, se rejuvenecieron con tu tacto,
Los gemidos ahogados, se aliviaban en mis ojos y
En mi cuerpo contorsionado, me dejé ir... ya no era, ya te era.
Habitaste mis espacios, resumiendo mí antes en tus besos,
Mi ahora en tu caricias, y te hiciste de mí, me hiciste de ti...
Nos compartimos un instante, nos prestamos para sernos,
Nos existimos, nos vivimos y el amor se inmortalizó en nuestra mirada
Y por fin llenamos nuestra piel con más que piel,
La cama queda tendida, el sofá queda intacto,
Las sábanas no lloran... ahora nos entregamos,
Sin límite de espacio, sin el afán del tiempo,
Ahora, somos la piel que no tiene piel,
El alma que le sobra al cuerpo...
Y mis arrugas te llevan a mis caminos
Y mis ojos, a dónde por fin me soy y estoy.
Beatriz Fonnegra.
Hola José Luis, me gustan los artículos poéticos que publica. También sobre la realidad mexicana y otras cuestiones. Saludos desde Argentina.
ResponderBorrarMuchas gracias León, en este blog tengo poemas, reflexiones, cultura y noticias de México y el mundo, espero próximamente retomar las demás secciones. Buena tarde y saludos desde México.
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