de cielo sombrío,
serenata sin luna
iluminando el río.
Noche de silencio
sin gorjeos ni trinos
en el roble desnudo
de brotes y nidos.
Noche que marcha
sin luz ni reflejos
desatando suspiros,
anudándome el pecho.
Noche de escarcha
que se mete en mi cama
y por mi boca reclama
el calor de tus besos.
María Elena Astorquiza V.
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