Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Tomo la pluma...
Author: Jose Luis Duarte
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Tomo la pluma, mis manos hacen la señal de la cruz  a las letras que a continuación rasgan el papel del tiempo. Solo hago memoria para recor...
Tomo la pluma, mis manos hacen la señal de la cruz 
a las letras que a continuación rasgan
el papel del tiempo. Solo hago memoria para
recordar el calvario padecido por una mujer
con una dolencia de salud, solo comparada con
la nubosidad que cada mañana cubrió con su tela
gruesa el pasado, ese ayer, como parte de una vida
llena de cotidianidad. El silencio y los chispazos
de unos recuerdos lejanos pueden describir una
palabra que nubla la remembranza, esa palabra
de hoy que cuesta pronunciar, esa palabra triste
que al oído suena: “Alzhéimer”.
Allí convulsionan los momentos, se combinan los
desajustes sociales de los tiempos modernos para
hacer el esfuerzo de entender la soledad a que fue
sometida por el simple hecho de ser escogida por
las circunstancias, para padecer la enfermedad
del olvido.
Es solo un llamado para tender la mano los
olvidados que han olvidado.
Solo es eso, un llamado de amor…
que se ha guardado en los estantes viejos,
en los recuerdos virtuales.
Hoy el viento llora el destruido
registro de la mente enferma.
el viejo archivo ríe al buscar pasados
tropieza una y mil veces con los instantes
perpetuos siempre vestidos de telas floridas.
Las celosías se impregnan de
ilusiones transparentes.
Vuelan por los aires los anillos
marcados con iniciales arrinconadas,
se encumbran las hojas caídas
desde lo alto del árbol solitario,
la risa se desgasta de pensar
Momentos de una memoria delirante
en los silencios compartidos
en la casa de habitaciones
inclinadas ante los fantasmas azules.
El bolso de terciopelo oscuro
solo delata el tic-tac del
reloj detenido desde las despedidas inútiles,
de los festines familiares.
El cañaveral sigue bailando
en las afueras de la casa,
las herbáceas con sus tallos nudosos
acumulan con amor la sacarosa
que guarda celosa cada rayo de sol radiante
para lograr las alturas que dan
elegancia a los patios verdes,
ellos, que una y otra vez vieron los ojos
estáticos de una mujer sosegada.
Cruza cada lindero la imagen
inventada en una quimera
plena en sopor de congojas
El quebranto toma cuerpo
en la inercia mental de la enferma,
las panojas se divisan a los lejos
de la vida hecha caos demencial.
El vagón feriante se detiene
para que bajen los payasos llorosos
del circo de la rutina.
La pluma yace en el piso,
nadie rasga su punta de oro,
nadie escribe las órdenes a cumplir,
nadie registra las fechas importantes,
las hojas blancas también se lamentan
por su candor eterno.
Laberinto de una mente que pulula en los
lugares inventados, pintados con colores.

Mariela Josefina Lugo García


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