Las semillas caen donde caen de acuerdo con la suerte del viento y el clima.
Aquellas que caen en suelo fértil serán atendidas y cuidadas, crecerán fuerte y florecerán.
Aquellas que caigan en suelo árido, morirán.
A pesar de ello, algunas se adherirán a la vida en lugares áridos, o en grietas profundas de las laderas de las montañas.
Es entonces cuando el viajero, inesperadamente descubre el espectáculo de la naturaleza, una sola lila creciendo entre las rocas.
El viajero consciente, al pasar, regará con agua la lila , agradecido por su fuerza, su belleza su tenacidad por vivir.
Y creciendo entre las rocas, como lo hace -no está en su esencia- sigue siendo una lila, y en cada trocito… hermosa.
Desconozco a su autor
Publicar un comentario