Para caminar, tenemos dos pies que hacemos avanzar uno detrás del otro; igualmente en el plano psíquico debemos avanzar utilizando alternativamente el intelecto y el corazón. Cuándo y hasta qué punto es el intelecto el que debe intervenir, y cuándo y hasta qué punto es el corazón, he ahí una cuestión difícil. Es poco frecuente encontrar seres que sepan mostrarse perspicaces, rigurosos, sin dejar de ser indulgentes, flexibles y considerados hacia los demás. Para conseguirlo, es necesario aprender a alternar conscientemente las actividades que alimentan el intelecto y aquellas que alimentan el corazón.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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