conversa con la luna
para saber a qué horas
se verán por fin a solas.
Yo no sé si la luna
cuando asoma le responde
o si el sol siempre adivina
aunque ella se le esconde
pero sé que hay dos instantes
en que comparten sus vidas,
uno cuando el sol se acuesta
y la luna amante lo ilumina
y el otro cuando el sol despierta
y abriga a la luna dormida.
María Elena Astorquiza V.
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