en cada una de mis mañanas
y a la luna que nos envuelve
cada noche en que me amas.
Gracias por tomar mi mano
y ayudarme a subir más alto
cuando el camino se empina
y todo se me hace cuesta arriba.
Gracias por besar mis ojos
con la tenue luz del alba
y acunarme entre tus brazos
que son mi fuerza y mi calma.
Gracias por tantas palabras calladas
que adivino en tus besos y en tu boca
cuando me desnudas con tu mirada
y contra tu pecho tibio me arropas.
María Elena Astorquiza V.
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