asumiendo así mi libertad de elegir lo correcto en estas calles de mi vida.
Así suelo vibrar en sosiego y esperanzas compartidas, sintiendo que solo hay una conexión, comprendiendo la metáfora que esto suscita.
Y aquí estoy en este camino de lentitud, sombras y desbordes.
Se enmudece el tiempo y el ego quedó dormido, esperando alguna desazón para recobrar vida.
Que el tiempo no se haga eterno y que esta ilusión se la lleve el viento como un huracán hacia las líneas del infinito que recorre este mundo quimérico, falso, engañoso y efímero.
Mis ojos ven el horizonte, el resplandor de una vida sin tiempo y umbría.
Y aquí estoy caminando entre sombras y luces sintiendo la lentitud de esta ilusión que se va desvaneciendo poco a poco sin prisa... sin tiempo...
Marisa Agliozzo.
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Publicado con autorización de su autora
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