Por mis pasos graciosos y mis chistes disparatados.
Recuérdame por cada abrazo que te dí, cada charla honda mirándonos el alma a través de nuestros ojos y tanto amor derramado.
Recuérdame por los tiempos compartidos, solos y también por los compartidos como familia entre música, risas y baile.
Recuérdame por las conversaciones sin fin sobre el fin, las preguntas y respuestas que nos dimos, lo que imaginamos y lo que nos sostuvimos.
Recuérdame por cada tibia caricia y cada sonrisa robada, por la complicidad, la intimidad compartida y la buena vida celebrada.
Recuérdame sin llorar, más bien ríete bien fuerte como lo solíamos hacer.
Recuérdame por soñar hasta el último suspiro pensando que la esperanza siempre está viva.
Recuérdame sin bajar los brazos, luchando por un día más y no pierdas tu tiempo en donde no hay un proyecto ni un lugar para amar.
Recuérdame desde cada ola en el mar, desde cada pisada en la arena, desde el ancho y la inmensidad.
Recuérdame desde el viento que despeina y trae aromas que se repiten y cerrando los ojos te transportan a momentos vividos que no volverán pero tuvimos la gracia de transitar.
Recuérdame con amor infinito, que trasciende la vida y sigue en otro plano, más allá.
Y mientras me recuerdas sigue firme tus pasos como a mi me gustaría verte andar y brillar.
2/11
Mechi Mastandrea
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Publicado con permiso de su autora
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