por las cláusulas que arranqué a mi promesa,
fui esclava de mi derrota mientras soñaba con la libertad.
Compulso mi muerte en su estigma
mientras destruyo el encaje de sus raíces.
¿Sólo era un hechizo?
¿Una sugestión en rebeldía?
Reclamo lugares de mi tiempo
y como aserrín arde en el ansia de mis manos.
Vuelve el viejo maestro enjuto, nevada su frente
despacio su andar y su voz arañada,
la sonrisa permanece en sus labios...
ladeando intermitente su cabeza
nuevamente me recita su silencio.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Texto publicado con autorización de su autorafui esclava de mi derrota mientras soñaba con la libertad.
Compulso mi muerte en su estigma
mientras destruyo el encaje de sus raíces.
¿Sólo era un hechizo?
¿Una sugestión en rebeldía?
Reclamo lugares de mi tiempo
y como aserrín arde en el ansia de mis manos.
Vuelve el viejo maestro enjuto, nevada su frente
despacio su andar y su voz arañada,
la sonrisa permanece en sus labios...
ladeando intermitente su cabeza
nuevamente me recita su silencio.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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