1. Vive intensamente cada momento. No pienses en que serás feliz cuando cambies de trabajo, cuando te mudes o cuando tengas una nueva pareja. Encuentra cosas positivas en tu vida presente y disfruta de ellas.
2. No pospongas lo que deseas. La mayoría de las veces te sientes insatisfecho y desmotivado porque no encuentras el tiempo o el apoyo de tu pareja o de un amigo para hacer las cosas que te gustan. Elige una actividad que quieras realizar y da los pasos necesarios para cumplir con ella. No lo postergues más.
3. Sé agradecido. Aprende a agradecer por todas las cosas buenas que te pasan, por las personas y las circunstancias que te rodean, porque siempre son un medio para aprender.
4. Cambia los pensamientos negativos. Cada vez que una idea negativa llegue a tu mente, déjala salir de la misma manera en la que llegó, sin prestarle ninguna atención, y crea pensamientos positivos y afirmativos.
5. Escoge un momento de la semana para preocuparte. Dedica media hora o quince minutos (especialmente planificados) a pensar en lo que te preocupa, pero ni un minuto más. Así, cada vez que una preocupación te visite, podrás decirte: "Ahora no voy a pensar en esto lo haré en el tiempo que reservé para hacerlo".
6. Observa el comportamiento de los niños. Cada vez que te sientas abrumado o estresado, obsérvalos actuar y jugar. Realiza unas cuantas respiraciones profundas para aflojar la tensión y piensa en que ellos siempre están en el presente, sin prisas, no desperdician el tiempo recordando el pasado o preocupándose por el futuro.
7. Rompe la rutina. Haz una pausa y, por un momento, escapa a tu rutina diaria. Toma un café, lee un libro, sal a dar una vuelta, haz un poco de ejercicio, disfruta de ese tiempo que es tuyo, sin pensar en tus asuntos pendientes o en qué estarán haciendo tus personas queridas.
8. Recuerda dónde estás. Si las preocupaciones no te sueltan practica un pequeño ejercicio de ubicación: Mira a tu alrededor, observando y resaltando todos los detalles del lugar donde estás, respira profundo y regresa al momento presente.
9. Ocúpate de resolver una cosa a la vez. Cuando estamos en el trabajo pensamos en todas las tareas pendientes que tenemos en el hogar: las facturas por pagar, los arreglos por hacer, en los hijos… Lo mismo nos sucede cuando al fin llegamos a casa. En lugar de ser agradables con nuestras personas queridas, el estrés y las preocupaciones que cargamos nos llevan a maltratarlas, lo que afecta nuestra relación con ellas, y hace que se pierda la oportunidad de compartir y descansar por estar, mentalmente, en otro sitio.
10. Maneja tu agenda. Eres tú quien realmente administra y decide qué hacer con tu tiempo. Organízate cada noche, de manera que al día siguiente puedas cumplir con tus asuntos pendientes y disponer de un tiempo libre para las actividades que te relajan y que suavizan tu vida. ¡No todo es deber!
Maytte Sepulveda
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