La infidelidad puede representar una crisis en la pareja y cada persona reacciona de forma distinta ante la noticia de que su pareja ha sido infiel así como el infiel puede o no confesar la falta. La infidelidad acaba con la confianza y es un síntoma inequívoco de que la relación no está funcionando para ninguno de los dos.
Existen muchos motivos por los cuales se presenta la infidelidad en la pareja por ejemplo, alguno de los dos puede sentirse insatisfecho con la vida sexual, sentir aburrido por la rutina y monotonía, querer validar que todavía son atractivos para otras personas o, simplemente, porque la infidelidad es común en sus familias.
El primer paso para enfrentar y superar una infidelidad es aceptar que hay un cambio importante en la relación y que es necesario hacer una pausa para asimilar las consecuencias, los sentimientos y las emociones que provoca sentirse engañado y revisar los valores en que se centra la relación.
Para muchas personas resulta muy doloroso y difícil aceptar que su pareja le fue infiel y optan por fingir que lo ignoran, otras prefieren creer que terminada la infidelidad ya no hay problemas en el matrimonio. Ambos ejemplos no permiten solucionar el problema y sólo prolongan la incertidumbre y la confrontación con la pareja y la realidad.
No todas las infidelidades son iguales por lo que es importante considerar la “gravedad” de la falta y la calidad de la relación hasta ese momento. Si se ha decido continuar con el matrimonio, es muy recomendable acudir a terapia de pareja para lograr entender lo que ha pasado dentro de la pareja y sanear la relación.
Después de la infidelidad se pasa por un proceso de perdón que no es fácil de superar y no cualquier relación lo permite. Algunos expertos creen que aunque nunca se olvida una infidelidad se puede llegar a perdonar a la pareja al reconocer las causas que la originaron.
Otros especialistas, piensan que la infidelidad genera una desconfianza que se convierte en un cáncer en la persona, el cual está siempre presente dañando la relación y haciendo sufrir a la pareja. Ellos sugieren trabajar para superar y aceptar la realidad del engaño y continuar su vida cada quien de manera independiente
La decisión de continuar o no un matrimonio después de una infelidad es de la pareja, debe estar basada en preservar la dignidad y la autoestima de cada uno y no en el miedo de estar solos, al cambio, de rehacer una vida o de enfrentar “el qué dirán”.
Fuente. Sendero espiritual
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