Si nos diéramos el tiempo de reflexionar sobre la forma en que hemos vivido, muy probablemente llegaríamos a la conclusión de que hemos vivido la mayor parte de ella llenos de preocupaciones, tristezas, dolor y temor hacia otros y hacia el futuro.
Tenemos la posibilidad de ser felices, pero, la mayoría de las veces, somos el mayor obstáculo a vencer para conseguirlo. La mayor resistencia a enfrentar está en la calidad de nuestros pensamientos, porque dependiendo de lo positivos o negativos que sean, interpretaremos las situaciones que se nos presentan cada día.
Tendríamos que preguntarnos: ¿por qué le permitimos a nuestra mente que nos lleve a pensar en el pasado, reviviendo una y otra vez los momentos y las situaciones difíciles que alguna vez vivimos y que aún no hemos podido superar? Además, no podemos cambiar lo que ya ocurrió y aún así, nos quedamos recordando a las personas que nos hicieron daño, obligándonos a mantener abiertas las heridas afectivas que nos causaron. ¿Hasta cuándo vamos a revivir esos malos recuerdos que solo nos afectan a nosotros mismos? Si lo decides, puedes comenzar a construir una nueva vida, mejor para ti y para los tuyos.
Otro aspecto importante a trabajar es el temor con el que miramos hacia el futuro, anticipando todo lo negativo que puede llegar a sucedernos, justificándonos en el deseo de estar mejor preparados para enfrentarlo. Recuerda cuantas veces te preocupaste por algo que imaginaste que podía suceder en el futuro y que no sucedió. Nos sentimos angustiados y abrumados cada vez que pensamos en todo lo malo que puede ocurrirnos; enfermedades, escasez, perdidas, crisis, peligros. Aprendamos a afrontar las preocupaciones con valor y confianza para tomar acciones concretas que nos permitan ocuparnos de cada una de ellas para darles solución.
La vida es un viaje corto, lleno de aventuras, momentos inesperados y lecciones por aprender, somos nosotros quienes calificamos cada experiencia de forma positiva o negativa. Muchas veces solo nos hace falta mejorar nuestra actitud, ganar un poco más de optimismo, confianza en nosotros mismos y fortalecer la fe.
Maytte Sepúlveda
Publicar un comentario