Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Cómo discutir sin agredirnos
Author: Jose Luis Duarte
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Cuántas veces tratamos de comunicarnos con otra persona y al no poder lograrlo, luego de unos minutos, ambos estamos alzando la voz, atacan...
Cuántas veces tratamos de comunicarnos con otra persona y al no poder lograrlo, luego de unos minutos, ambos estamos alzando la voz, atacando, amenazando, hiriendo o defendiéndonos del otro con palabras y comentarios agresivos que solo muestran nuestro nivel de desequilibrio emocional...

Es inevitable que haya momentos en los que necesitemos aclarar algún malentendido, resolver algún inconveniente o expresar nuestras ideas y puntos de vista diferentes y que por cualquiera de estas razones y otras nos veamos expuestos a una discusión para llegar a un acuerdo, aclararlo o resolverlo. Lo que sí podemos evitar, manteniéndonos atentos a la forma en la que respondemos, es ser parte del conflicto y contribuir con su gravedad en lugar de hacerlo con su solución.

Hay una gran diferencia entre una reacción agresiva y una respuesta responsable. La primera surge cuando nos dejamos llevar por las emociones alteradas, para decir o hacer cosas que más tarde lamentaremos por las heridas o el malestar que le causamos a la otra persona y a nosotros mismos. Mientras que la segunda, una respuesta responsable, se origina cuando resistimos conscientemente el impulso a reaccionar y, más bien, nos tomarnos unos minutos para elegir la mejor manera de responder y de actuar.

En algún momento llegué a pensar que eran los otros la causa del malestar durante alguna discusión y, luego, me di cuenta de que en realidad no son los demás, sino cada uno de nosotros, quienes nos alteramos y afectamos, por las semillas de emociones como la ira, la tristeza, el resentimiento, el temor, la envidia, los celos y la inseguridad, que están plantadas en nosotros por alguna experiencia del pasado no resuelta. Ellas nos llevan, cuando lo permitimos, a responder tan o más desequilibradamente de cómo lo hacen los demás. No hay excusas. Necesitamos aprender a canalizarlas para transformar la manera en la que le respondemos a los demás y a la vida.

Cuando te dejas alterar por el comentario o la actitud de otra persona, le das la responsabilidad sobre tus actos, dejas que te maneje como quiera hacerlo; mientras que si eres tú quien asume la responsabilidad y decide maduramente no reaccionar, comienzas a tener el control de tu salud mental y física.

Maytte Sepúlveda


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