No es sencillo definir el sentido de nuestra vida, pero sabemos que necesitamos tener un motivo que nos inspire y aliente en cualquier circunstancia en la que nos encontremos. A cada uno de nosotros nos corresponde encontrar las razones que le dan sentido a nuestra vida.
Para hacernos esta pregunta no necesitamos estar en una crisis existencial o experimentar un estado emocional alterado; por el contrario, hacerlo es una muestra de madurez, evolución y crecimiento personal.
La búsqueda del significado de la vida es la búsqueda de aquello que nos da ganas, motivación y alegría de vivir el aquí y ahora, es lo que le da un sentido de trascendencia a nuestros días.
La falta de sentido y propósito es la gran enfermedad de nuestro tiempo. La ausencia de unos objetivos claros y de un proyecto de vida nos lleva a vivir una vida equivocada, complaciendo a otros, consumiendo sin cesar, pensando que la realización es tener, en lugar de ser. Lo que implica que una vez que logramos las metas materiales que nos planteamos, volvamos a experimentar el vacío que sentíamos inicialmente.
Una vez observé a un oficial de tránsito que bailaba en medio de la calle y le daba ritmo a cada uno de los movimientos que hacía al dirigir el tráfico. El sentido que le dio este hombre a su trabajo no permitió que se hundiera en la monotonía y el aburrimiento. Algunas personas se pasan la vida en trabajos que no les gustan, para ganar un dinero con el que compran cosas que no necesitan, para impresionar a personas que no conocen realmente...
El hombre no llega a ser un hombre pleno hasta que no se entrega a una misión o a una tarea, se olvida de sí, para ponerse al servicio de una causa y entregarse a realizarla con excelencia, a través de la cual logra trascender sus penas, temores e inseguridades para sentirse a gusto, satisfecho y realizado.
Cuando tienes un propósito, tus días adquieren un sentido más positivo, recuperas la pasión, las ganas de trabajar para conseguir lo que deseas y el encanto por la vida. Perseverar en tu compromiso de hacer cuanto sea necesario para cumplir tus sueños y concentrar tu atención en cada paso que das, te permitirá disfrutar del proceso que te llevará a realizarlos.
Nada es gratis, todo lo que queramos lograr o transformar tiene un costo y tenemos que estar dispuestos a pagarlo. El éxito suele ser engañoso, pues solo se ven los resultados y nunca el trabajo, los sacrificios y la constancia que se pagó para conseguirlo. La felicidad surge de la certeza y la confianza de saberse en el camino correcto. Encuentra el verdadero sentido de tu vida y déjate llevar por el deseo de cumplirlo.
Maytte Sepulveda
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