Conocer cuales son nuestras verdaderas virtudes, aquellas que determinan nuestra forma de ser y nuestro carácter, hará que podamos usarlas para afrontar nuestra vida diaria de una mejor manera y así, alcanzar la felicidad. Las fortalezas son características personales que definen nuestras diferencias individuales y nuestra forma de ser. Son aspectos positivos que podríamos trabajar y fortalecer cada día para incorporarlos a nuestra personalidad y manera de actuar.
Cuando convivimos con una persona por un largo tiempo, somos capaces de predecir la forma en la que reaccionará ante una situación determinada, debido a que su comportamiento termina siendo el mismo de acuerdo a cada situación. Y es que en diferentes situaciones y momentos de nuestra vida, tendemos a reaccionar y a comportarnos de manera muy similar, condicionados por nuestras programaciones y rasgos personales. El conocer sus rasgos personales, sus actitudes y comportamientos mas frecuentes, nos permite aprender la mejor manera de relacionarnos con esa persona.
Algunas de estas fortalezas personales, como tener una mente abierta, la curiosidad, la amabilidad, la persistencia, la integridad, la valentía, la inteligencia, la capacidad de sentir amor, el perdón, la compasión, la inteligencia social, la responsabilidad, la prudencia, entre otras, se convierten en recursos esenciales que podemos usar para asumir la vida cada día. Y es que estos recursos esenciales, aumentan y se fortalecen con la práctica, en la medida en que somos conscientes de que contamos con ellos y los usamos como una herramienta asertiva para afrontar o solucionar una situación y al mismo tiempo, ganamos confianza en nosotros y en la vida.
Muchas personas, solo tienen en mente sus limitaciones y esto los hace sentir incapaces de reconocer y de sumar sus fortalezas para ganar autoestima, confianza y determinación al momento de actuar. De aquí, la importancia de hacer una especie de inventario personal a través de la práctica de la mirada interior, con gentileza, con respeto y con atención para que podamos reconocerlas en nosotros y así, construir una nueva y mejor imagen personal.
Busquemos la manera de mejorar y lo que esto significa es no permanecer de brazos cruzados, indolentes y apáticos hacia lo que nos pasa, esperando a que alguien se haga cargo de nuestra felicidad, o a que suceda algo ajeno.
Maytte Sepúlveda
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