EVITA CAER EN EL LAMENTO. Cuando caemos en la queja, buscando y resaltando los aspectos negativos de la situación, nos resulta más difícil afrontarla y superarla. Recuerda que tus palabras tienen poder, úsalas para afirmar tu capacidad de resolverlo todo de la mejor manera. Evita mirar hacia atrás, canaliza la tristeza y la nostalgia que pudieras experimentar, enfocando tu atención en el aquí y ahora, buscando reconocer y valorar todo lo bueno y positivo que también envuelve tu vida en este momento.
ACEPTA, ACEPTA, ACEPTA. La aceptación es un gran liberador, porque si somos capaces de aceptar lo que sucede con calma y sin drama, podremos hacer lo necesario para cambiarlo, manejarlo o superarlo. Aceptar significa transitar por el malestar de no obtener lo que deseábamos, resistiendo el impulso de reaccionar negativamente a la situación, para evitar agravar el efecto negativo de sus consecuencias.
GANA FORTALEZA CON LA EXPERIENCIA. Mira a las personas que te afectan negativamente como maestros y perdónalos por afectarte hasta el punto de generar en ti pensamientos y emociones ocultas, pero presentes en ti. ¡No podemos cambiar el comportamiento de otros, pero sí podemos manejar la forma en la que vamos a reaccionar hacia ellos!
PRACTICA EL PERDÓN. Existen varios ejercicios para perdonar, de manera que puedas reprogramar y liberar algunos de los pensamientos negativos asociados a ese recuerdo. Elige uno que sea afín contigo y procura hacerlo en un momento en el que te sientas relajado y dispuesto a practicarlo. Recuerda que lo más importante es perdonar o perdonarte desde el corazón, y con el deseo de soltarte de esa pequeña parte de tu historia personal, para recuperar y mantener tu bienestar y retomar el contacto con la felicidad.
Maytte Sepulveda
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