¿Me preguntas por qué alguien cómo tú se pudo enamorar de mí? De verdad quieres saber la respuesta cuando yo, inversamente, me fascino cuestionándomelo…
En el momento menos esperado apareciste con un cómplice “bú”. Espontáneo momento que se convirtió en el sucesor de instantes preciosos.
Diferentes al resto, únicos individualmente. Juntos llenaremos nuestro rostro con infinidad de relatos. Los cuentos envidiarán nuestra historia. Nuestra particular época en éste mundo tan colosal.
Porque de un solo instante me llenaste de anécdotas que nunca jamás imaginé fantasear.
¿Es normal que cada vez que piense en tí me sobresalte de extrema alegría? ¡Claro que sí! Eres mi fábrica de magníficos instantes, ¡cómo no voy a estar radiante si un día, improvisando, me enamoré!
Dos vidas que paralelamente nunca miraron la vereda de al lado. Hasta ahora.
Si es que no hago más que enseñar la lengua a nuestro pasado. Cuando beso tus digitales labios me siento gigante, divirtiéndome como un niño saboreando su golosina preferida. Dos gotas que instantáneamente se convirtieron en amor, plasmando en sus ondas, al rozar la realidad que lo nuestro es exclusivamente tuyo y mío. Eso no nos lo quitará nadie. Te lo aseguro.
Definitivamente… somos cual para tal.
Ayoze P.G.
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