¿La caída del Cuarto Poder o La democratización de la información?

Están circulando en las redes sociales, irónicamente para no perder la costumbre, vídeos alertando a la población que existe mucha información falsa en las redes sociales. Gente sin escrúpulos que publica su opinión e influye en criterios de otros que se lo toman como fuente fidedigna y confiable sobre los sucesos que nos acontecen. Primero permítame decirle que la información falsa siempre ha existido. Desde la antigüedad se usaban rumores, espías, soplones y después la imprenta, la invención de la radio y la televisión. Los poderosos controlaban al pueblo por estos medios y le hacían creer cuanto les daba la gana. Si usted es mexicano recordará a Tlaltelolco cuando nos dijeron en el noticiero que un pleito de bandas dejó unos pocos muertos. Mas reciente el caso de Frida Sofía. No me dirá que eso inició en las redes sociales. Los políticos que mas pagaban a los medios eran de los que mejor se hablaba en televisión y se ocultaban las malas estadísticas de desvío de fondos y delincuencia 

¿Pero a quién diablos le interesa desvirtuar a las redes sociales con algo que ya tenemos bien sabido sobre que la gente opina verdades y mentiras como le da la gana? Pues a los medios de comunicación como la prensa, radio y televisión que han perdido su poder ante el pueblo porque la gente común se les adelanta en la transmisión de noticias. La caja idiota ya no es aquella maravilla que generaba cuantiosas ganancias chantajeando gobernantes, escondiendo fechorías y metiendo miedo a la población. La comunicación se ha democratizado. Ahora el poder de la comunicación está en el pueblo. Pero esto no significa que su calidad sea mejor. Es natural que todos como idiotas podemos abrir la boca, coger un teclado o una webcam y decir sensateces, barbaridades, verdades o mentiras. Ser vistos por miles y millones sin necesidad de pagar mucho dinero a los medios de comunicación de antaño, y darles más poder a los dueños de los medios que ahora lloriquean la caída de su gordo negocio. 

Lo único que le queda a usted como ciudadano es tener criterio y usar un poco su inteligencia en lugar de sus emociones para informarse lo mejor posible por varias fuentes antes de tomar una decisión y creerle a su comadre chismosa, a su colega hocicón, al diputado que sonríe en periodo de campaña o al blogger de moda que se encuera y sale borracho para ganar su simpatía. Por favor no se desgaste en reprender, amenazar o amedrentar a todo aquel que esté equivocado o no piensa lo que escribe en su muro, o quizá no opina como a usted le da la gana. Nadie tiene por qué pedirle permiso a usted de opinar. Usted solo tiene el poder de ignorar y desactivar sus publicaciones si le molestan. Aunque las campañas publicitarias le digan lo contrario, hoy mas que nunca se ocupa pensar y razonar. Buenas tardes España, buenos días Latinoamérica. 

Ara Vukovic