La mente tiende a volver sobre las historias del pasado, a evaluar a juzgar y a establecer culpables.
Para la mente algunas veces los culpables son otros, otras veces el culpable eres tú, pero siempre tiende a ver culpables. El hecho es que antes que comprender, aprender y amar, nuestra mente se preocupa por buscar a quien inculpar.
Es como si se dejara algo pendiente en la vida creando la ilusión de que en ese punto el tiempo queda detenido en espera de justicia.
Por lo tanto, identificarse con el dolor, la enfermedad o los problemas es una forma de mostrar a los otros o a uno mismo que el daño se produjo y que quienes se equivocaron están a la espera de un castigo. Dejas de fluir, dejas de avanzar, por identificarte como alguien que sufre. Crees que eres el único, o que el dolor que te causaron o causaste es más intenso que el de cualquier otra persona, y dejas de tener en cuenta que las emociones que acompañan esos pensamientos suelen inundar nuestro cuerpo de químicos que tarde o temprano terminan dañándonos. El resentimiento, la falta de perdón son tóxicos y generan enfermedad, estancamiento y mucho sufrimiento.
Ese revivir la experiencia dolorosa no te permite avanzar, resta energía a tus objetivos, deteriora tu salud, e interfiere tu flujo de energías y tu contacto genuino con la fuente. Es como si tu tiempo psíquico se congelara. Como quedarse amarrado a un solo lugar, en un solo momento.
Ese dolor tiene bases ilusorias, es construido por tu mente, porque en realidad eso ya fue, eso ya pasó, hace parte del pasado, ya no está más, aunque tu mente siga insistiendo con ese recuerdo en tu vida.
Vivir cargando el pasado de sufrimiento, dolor, y culpa puede resultar pesado, agobiante y fuente de enfermedades, que se gestan en nuestro cuerpo sin darnos cuenta.
Vivir aferrados al pasado de resentimiento, a viejos patrones de pensamiento, al dolor que produce la culpa, nos resta claridad para vivir el aquí y el ahora plenamente, para disfrutar la vida, liberar nuestra energía creativa, embarcarnos en un proceso de transformación personal, y así fluir en nuestros más nobles propósitos.
En realidad no hay culpables, las personas hacen lo que su nivel de conciencia les permite, esas cosas sucedieron y es importante hacerte responsable de su impacto en tu vida, intentando aprender de las experiencias, y soltarlas para seguir avanzando, para seguir viviendo, eso hace parte de la libertad emocional: perdonar, perdonarse, aprender de los errores y despojarse de los sentimientos de miedo y ansiedad.
El perdón es un mecanismo para sanar nuestras heridas, para que nuestro espíritu resplandezca, para se despliegue nuestro potencial.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes; perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que causaron dolor o enojo. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
La falta de perdón te ata a las personas, al pasado, desde el resentimiento. Te mantiene preso, encadenado.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
El perdón es un mecanismo que nos hace libres, que nos genera la paz y claridad necesaria para observar y vivir a plenitud cada segundo del momento presente. Perdonar es una forma de desatar las amarras que nos mantienen detenidos.
EFT (técnica de liberación emocional o emotional freedom technique) nos libera de del rencor, del resentimiento, de la falta de perdón, que muchas veces aparece como una emoción de fondo, y en otras como un problema o enfermedad psíquica, somática o dificultades en el logro de nuestros objetivos. La ausencia de la crítica y la capacidad para perdonar aportarán serenidad a nuestra vida. El perdón nos libera de ataduras que nos abaten el alma y enferman el cuerpo. El camino hacia la libertad pasa por la puerta del perdón
EL PROCEDIMIENTO PARA EL PERDÓN
Una parte fundamental de la técnica es tratar la rabia, el rencor, la crítica, el juicio, y la falta de perdón hacia una persona, grupo de personas, Dios, el mundo, un Ser Superior, circunstancias de la vida, o tú mismo. La presencia de estas emociones puede diluir el efecto de la técnica, limitar sus alcances e inclusive aparecer como una resistencia al uso de la misma.
Debes asegurarte de tratar estos sentimientos con EFT, abordando las emociones relacionadas con el daño percibido, ofensas, venganzas, fallas, y otras relacionadas con los aspectos que estás tratando.
Es posible que tengas que tratar la rabia, o la falta de perdón hacia alguno de tus padres, miembros de tu familia, profesores, amigos, figuras de autoridad o personas a quienes alguna vez amaste, y por las que te sentiste traicionado o herido.
Cuando estés trabajando algún problema con EFT asegúrate de tratar dentro de los aspectos del problema las emociones relacionadas con la falta de perdón. El procedimiento para el perdón, puedes realizarlo durante cada sesión o al final de la misma.
Cuando estés trabajando con escenas de tu pasado con alguna técnica de libertad emocional, como el procedimiento personal para la paz, o la Técnica de la Película, asegúrese de perdonar a todas las personas que intervinieron y si fuere el caso a ti mismo.
El procedimiento para el perdón tiene un efecto limpiador y aumenta la eficacia de la técnica; te sugerimos que te familiarices con esta parte del tratamiento y lo apliques cuando lo creas necesario. Necesitamos elegir perdonar, para ser libres de las heridas del alma.
Conéctate con el recuerdo, con la escena o momento, con las emociones, pensamientos y sensaciones que te aparecen al evocarlo y recuerda de trabajarlas a todas, una por una, para ser bien específico:
Ejemplos de afirmaciones:
(En el espacio en blanco ubica el malestar que vas a trabajar)
A pesar de _____________________, elijo dejar ir lo que me hicieron, ellos hicieron lo mejor que sabían.
A pesar de _____________________, elijo perdonarme completamente, hacía lo mejor que podía de acuerdo a los recursos que tenía en ese momento.
A pesar de ________________________, elijo trasformar las emociones de miedo, ansiedad y culpabilidad en amor, perdón y bondad.
A pesar de ________________________, con confianza me amo. La paz interior es mi objetivo.
A pesar de ________________________, elijo dejar atrás el pasado, aprendiendo de todo lo que me sucedió y sintiéndome libre.
A pesar de toda la rabia, enojo y dolor que siento, elijo comenzar a sanar esas heridas y recuperar toda mi paz y alegría.
Elijo perdonarme por todos y cada uno de los errores que ahora considero lecciones
Elijo perdonar a los demás y crear mi propia vida tal como quiero que sea.
Elijo perdonar, perdonarme y ser libre del pasado.
Elijo ser una persona compasiva y comprensiva.
Elijo perdonar a los demás, y crear mi propia vida tal como quiero que sea.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario y serás libre. ¿Te asusta acaso la libertad? ¿Te parece más seguro seguir empantanado en tu antiguo resentimiento y en tu amargura?
El perdón nos abre el corazón al amor a nosotros mismos.
Dr. Tomás Aguilar
Fuente: Sanar de raíz
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