Debemos recordar que gran parte del agua potable en el mundo proviene de zonas boscosas, además que millones de personas dependen del agua dulceque fluye de los bosques.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (#FAO, por sus siglas en inglés), 20 millones de personas de la Ciudad de México obtienen agua potable de los bosques de montaña que rodean la zona urbana.
Para ello, uno de los principales objetivos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es llevar a cabo acciones de conservación del agua, el suelo y bosques en las partes altas de las cuencas para acumular la recarga de los acuíferos.
Los árboles poseen un efecto termoregulador porque captan la luz del sol y proyectan su sombra al suelo y evitan que la fauna y otro tipo de flora reciban directamente los rayos solares. Los grandes bosques también son un factor para combatir el cambio climático, ya que reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan la temperatura de la tierra.
Son también barreras naturales contra los vientos de los ciclones tropicales, que aunque no los eliminan, desaceleran su velocidad. Por si fuera poco, reducen la cantidad de bióxido de carbono en la atmósfera, pues lo transforman en oxígeno por medio de la fotosíntesis de sus hojas.
Fuente:
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
http://www.fao.org/3/a-i0410s.pdf
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