Construcción

No quiero encontrarme a mí misma, ya me encontré, los años me dieron la capacidad de mirarme al espejo y ver quién soy mientras me acomodo a una nueva imagen con la que cuesta amigarse porque duele el paso del tiempo y marca en mi vida y en mi cuerpo cada centímetro mal y bien vivido. Mi memoria no es flaca, por el contrario tiene forma de baúl de viaje con olor a cuero y madera donde miles de recuerdos amarillentos se ordenan a la perfección y hasta los más mínimos detalles están a la orden del día, diálogos, vestidos, olores, sabores, risas, a veces hasta sorprendo y me sorprendo. Tuve muchas vidas, muchos caminos recorridos, muchas historias, algunas condenadas, otras celebradas, otras olvidadas, otras perdonadas ¿o es acaso que soy solo yo la que tuvo un pasado y los demás parecieran no recordar lo que yo he recordado?.

La gente se llena la boca hablando y hablando, a veces hasta gritando, mientras yo a medida que pasa el tiempo me enamoro más de mis silencios, de mis huidas en vuelos, donde sueño, proyecto, celebro, lloro o resuelvo.

No quiero encontrarme, ya me encontré, solo me construyo cada día, creando una versión de mí que me complazca, me colme, me de paz y acaricie mi alma, mientras mil dolores me amenazan y mi sistema inmune se fortalece para pelear.

La vida se trata de eso, no de encontrarse a uno mismo, sino de crearse cada día para ser una mejor versión.

Versión que algunos amarán y otros odiarán pero son exactamente la sumatoria de mis historias, mi sangre corriendo por mis venas, mis lágrimas tristes empapando algún hombro amigo, mis brazos o mis oídos sosteniendo secretos de otros y celebrando con risas momentos vividos.

No solo te encuentres, construite más linda, más sólida, más segura, más fuerte, quedate donde el entorno sea techo seguro y sientas calor de hogar y abrazos mudos.

El Blog de Mechi
Mechi Mastandrea
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