Pensar que depende de cada uno de nosotros. En lugar de esperar a que otros nos den la felicidad o la oportunidad de cumplir con nuestros objetivos, debemos asumir la responsabilidad y el compromiso de conseguirlos por nosotros mismos.
Que los propósitos sean posibles. Lo más importante es que seas tú quien decida cuál es tu propósito. No te dejes manipular ni presionar por otros, decídelo con voluntad propia, así tendrás la motivación que necesitas para cumplir el plan de acción. No te exijas demasiado y ocúpate de uno solo a la vez
Pedir el apoyo necesario. Busca fuentes o personas que tengan más información y experiencia para que puedas apoyarte en su conocimiento. Cualquiera que sea tu meta proponte entrar en contacto con los que saben y pueden aportarte, imita su forma de trabajar y haz los ajustes y las mejoras necesarias sobre la marcha.
Todo el proceso nos llevará a cumplir con cada uno de nuestros propósitos. Esto es similar a sembrar semillas en una tierra fértil, manteniendo el cuidado de su crecimiento, regándolas y abonándolas para que crezcan y den un buen fruto.
Maytte Sepulveda
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