Obsesión, miedo ante la pérdida, encaprichamiento y chantaje son los elementos para convertir a un noviazgo o matrimonio en una relación suicida, indica la Asociación mexicana para la salud sexual.
Dentro de todas las variantes que el hombre ha encontrado en torno a las relaciones de pareja, existe el "amor obsesivo" que se refiere al empeño de tener a un lado al ser deseado, aunque los sentimientos de éste ya no vayan en la dirección de los propios, define el sitio wikihow.com
La diferencia entre el amor verdadero y una relación suicida la encontramos en la reciprocidad: en el primer caso, ambas partes se encuentran en disposición para convivir; en el segundo, el sentir deriva de una sola persona, quien se mueve más en sus deseos que en la realidad, publica http://www.infosexual.net/
El encaprichamiento y la obsesión no son una cuestión de sexo. Hombres y mujeres, en un mismo porcentaje, se aferran a no entender que el amor se ha terminado y lo único que se limitan a hacer es volver al sentimiento una enfermedad de la cual no desean salir, indica la Asociación mexicana de terapia familiar, quien señala tres teorías sobre el origen de las relaciones suicidas:
1) Dependencia . El mundo gira en torno a la opinión que emite la otra parte de la pareja, si ésta determina que las cosas ya no funcionan y lo mejor es un rompimiento, la contraparte, el dependiente, no podrá percibir su vida sin tener quién la resuelva; es entonces cuando buscan de cualquier forma abrazarse al ser humano que por un lapso de su vida les ha servido de salvavidas: "Si me dejas... me mato".
2) Posesión y egoísmo . En el nombre del amor se pueden ocultar pasiones ajenas a lo que entendemos por ese sentimiento. Un motivo por el cual las personas desean continuar con una relación es el egoísmo: "Si no es conmigo, no será feliz con nadie".
3) Inseguridad y cobardía. Cuando el final se comienza a dejar ver, al miedo de enfrentar la soledad y la baja autoestima se suman a la idea de no ser capaces de reconquistar a otra persona: "Tú eres lo mejor que me ha pasado, no soy nadie sin ti".
En todas y cada una de estas situaciones, el egoísmo sobrepasa los límites y una convivencia que se hace por voluntad, termina siendo por obligación o responsabilidad. Si te encuentras en una circunstancia similar, consulta a los expertos:
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