Antes que nada es importante recordar que nuestro conocimiento sobre las relaciones de pareja se basa en las creencias. Y una de las creencias más populares es que el amor es lo único que se necesita para ser feliz en una relación de pareja.
Lamentablemente esta creencia es falsa y causa que millones de personas se comprometan en ser pareja solo porque aman al otro o a la otra, ignorando completamente los otros factores vitales para la salud de la relación. En este artículo vamos a tocar solo uno de estos factores vitales, hablemos de la integridad.
La integridad personal de cada uno en las relaciones de pareja sirve del fundamento para la armonía de la relación. La integridad se compone de una autoestima sana, de la independencia personal y de la capacidad para manejar una interdependencia enriquecedora con el otro. Una persona íntegra es una persona coherente entre lo que dice y lo que hace, es una persona honesta y comprometida.
Una persona íntegra maneja y disfruta de su Proyecto de Vida personal, es una persona con intereses diversos, de ánimo positivo y alegre.
¡Todos queremos que nuestra pareja tenga estas cualidades! ¿Y qué hay de nosotros? ¿Eres tú un ser íntegro? Es curioso cómo nos dedicamos a numerar las fallas y las faltas de nuestra pareja, olvidando por completo analizar las nuestras. Sin embargo, ¡nuestra pareja refleja nuestras propias debilidades! La pareja es nuestro espejo, en el cual reflejamos nuestra personalidad con todo lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Proyectamos en nuestra pareja nuestras carencias y nuestras incapacidades. Lamentablemente todos queremos cambiar al otro y pocos tenemos la madures y la voluntad de cambiarnos a nosotros mismos.
El camino para desarrollar la integridad personal comienza por un minucioso autoanálisis: ¿Qué proyecto yo en mi pareja? Generalmente nuestras proyecciones se basan en nuestros miedos profundos y muchas veces inconscientes: MIEDO A LA SOLEDAD, MIEDO A SER ABANDONADO, MIEDO AL RECHAZO, MIEDO AL DOLOR Y LA FRUSTRACION.
La falta de integridad basada en los miedos provoca conductas equivocadas que destruyen cualquier relación por más amor que pueda haber al inicio. Veamos algunos ejemplos:
Conductas de control:
- ¿Dónde vas?
- ¿Con quién vas?
- ¿Por qué no me llevas?
- Falta de respeto a la intimidad del otro, revisiones de sus objetos personales, de su comunicación con otros, etc.…
Quejas:
- Sufro por ti…
- No me haces feliz…
- Por ti he dejado…
- Nunca me haces caso…
- Yo no valgo nada para ti…
Hacerse víctima:
- Yo soy la que sufre…
- Mira como estoy por tu culpa…
- Tanto que me he sacrificado por ti…
- ¡Lo que tengo que aguantar!
Suplicas:
- ¡Por favor no te vayas!
- ¡No me dejes!
- ¡Quédate conmigo, haré lo que sea!
- Sin ti , mi vida no tiene sentido
Insultos y Juicios de valor:
- ¡Eres un egoísta!
- ¡Eres un desastre!
- ¡Estás loca!
- ¡Imbécil!
- ¡No tienes ni idea!
Posesión:
- No te permito…
- Tú eres mío…
- No quiero que hagas tal cosa…
- Antes que nada, tienes que preguntarme…
Exigencias:
- Todo tiene que ser perfecto…
- No te atreves…
- Tú debes…
- Es tu obligación…
Menosprecio:
- No sirves para nada…
- Sin mí, no serias nadie…
- Eres inútil…
Chantaje emocional:
- No sé qué será de mí sin ti…
- Pensaba que tú harías por mi tal cosa…
- Si no vienes ahora misma, no soy responsable de …
Si algunas de estas frases o palabras forman parte de tu vocabulario en las relaciones con tu pareja, es necesario revisar tu grado de integridad, ya que estas frases son señales de que la relación no es armoniosa y no va por el buen camino. Si no atiendes estas señales a tiempo el deterioro de tu relación será inevitable.
No es bueno esperar que la crisis haga sus estragos en la relación de pareja, ya que llega el momento cuando el deterioro es tan grande que no hay retorno. Es preciso captar las señales, para trabajarlos a tiempo y salvar la relación.
Las faltas de integridad reflejan las carencias emocionales y es necesario establecer sus causas psicológicas para poder trabajarlos. Y para esto se necesita la ayuda profesional, ya que en la mayoría de las veces las causas están en nuestra subconsciencia.
Martha Beato
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