Hay pocas nubes, casi nada de viento, sólo una brisa suave, y la temperatura es muy agradable. ¡Es un día para disfrutar a pleno!
Pero el pronóstico meteorológico para mañana es devastador: caída de la temperatura, lluvias torrenciales, viento insoportable.
¿Qué decides hacer hoy?
¿Pasar momentos placenteros, aprovechar lo máximo que puedas este bienestar que se te presenta, disfrutar despreocupadamente, sabiendo que es probable que en poco tiempo el panorama cambie? ¿O te quedas en tu casa con amargura, lamentándote de lo que sucederá a partir de mañana?
No podemos manejar lo que acontecerá en nuestra vida en el futuro. Ni siquiera sabemos, a ciencia cierta, si lo que se pronostica, diagnostica o conjetura acaecerá, de la manera y en el período esperado (o imaginado).
Sólo tenemos el día de hoy, es nuestra gran certeza y la realidad que nos toca transitar. Enfocarnos en el ahora nos hará prevenir más de un dolor de cabeza, y contaremos con toda nuestra energía y claridad mental para abocarnos de lleno a nuestra vida.
Las preocupaciones solo nublan el presente y nuestra visión sobre temas a disfrutar (y a resolver) aquí y ahora.
Mañana, nos tocará vivir situaciones diferentes.
Hoy, es un día único, irrepetible. Lleno de posibilidades. Con todas las variables a nuestro favor para que sea muy bueno.
¿Te lo vas a perder?
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