La habitabilidad del planeta tiene mucho que ver con las condiciones de vida que crean las plantas oxigenando el aire y regulando la temperatura. Lógicamente, por lo tanto, este mismo mecanismo es el que nosotros podemos aprovechar para que en ambientes interiores o exteriores haga menos calor gracias al uso estratégico de las plantas, ya sean pequeñas macetitas, jardineras, jardines o incluso pequeños huertos que tengamos en el balcón, patio o terraza…
¿Pero, concretamente cómo aprovechar las plantas para que el ambiente sea más agradable y fresco? En primer lugar, debemos tener en cuenta que las plantas son un humidificador natural, por lo que además de regular la temperatura y refrescar el ambiente consiguen equilibrar su nivel de humedad.
Plantas de interior y exterior
Las plantas son nuestras grandes aliadas, desde un árbol hasta una pequeña plantita. Utilizar las plantas de interior y exterior nos brinda el doble de posibilidades de crear esa atmósfera más fresca que ansiamos cuando el mercurio se enciende.
Que un árbol regala una sombra maravillosa en verano es algo obvio, pero además de los árboles podemos jugar con los arbustos, parras, enredaderas o plantas de todo tipo para crear una atmósfera más agradable cuando el calor aprieta.
Nos ayudará colocarlas en el mismo alféizar de la ventana, colgadas del techo, en maceteros o jardineras junto a mesas en balcones o en interiores. Notremos cómo disminuye la sensación térmica cuando las tenemos cerca.
No es magia, simplemente se logra porque absorben parte del calor, pero tampoco esperemos milagros porque aún siendo una diferencia perceptible, lo suyo es aprovechar su capacidad refrescante junto con otros trucos como el uso de persianas, cortinas, ventilación inteligente, una buena orientación de la vivienda y, por ejemplo, una adecuada hidratación y dieta, así como una buena elección de la ropa que nos ponemos. En este sentido, el algodón o el lino son algunos de los tejidos más ligeros.
Arquitectura bioclimática
Un aspecto clave de la arquitectura bioclimática tiene que ver con el uso de la vegetación como recurso de inestimable valor para aislar, crear ambientes confortables y minimizar el uso de energía tanto en verano como en invierno.
Además de usar la luz natural, la energía solar, el agua de lluvia o el viento podemos aprovechar la vegetación de mil y un modos con el fin de obtener beneficios. En el caso de la vegetación, se suelen aprovechar también otros elementos decorativos como los toldos, las sombrills, las pérgolas y son típicos los jardines bioclimáticos, perfectos para refrescar ambientes sin necesidad de requerir un excesivo riego.
Fuente:
Ecología Verde
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