Pero entonces, ¿qué hacer?
A continuación hay algunas ideas naturales para aliviar el estado de ansiedad. Son muy eficientes.
1. Detente por un minuto. Nuestra vida vertiginosa provoca que tengamos que estar permanentemente corriendo de un lado a otro, ocupándonos de varios temas a la vez, y aunque cumplamos con todo lo que aparentemente precisamos hacer, siempre hay algo que queda pendiente. Si te tomas unos segundos y te das la oportunidad de observar a tu alrededor, te darás cuenta de que todo seguirá su curso aunque no llegues a pagar ese impuesto el día que vence o te hayas olvidado de comprar azúcar, y también de que puedes dedicar un rato para ti y respirar tranquila y profundamente, una y otra vez hasta que controles tu respiración, mientras cargas tus energías y te preparas para seguir adelante sin tanta prisa.
2. Ten contacto con la naturaleza. Caminar por un parque o por un jardín (si es sin calzado, mucho mejor) tiende a “sacar las malas vibras” y a restablecer la armonía. Al igual que sentarte en un banco bajo el sol o mirar un bello paisaje (o el que tu ventana o la calle permitan). Hay algo básico y energizante que genera esta conexión, y que también permite recuperar el equilibrio.
3. Si no puedes dormir, ponte en movimiento. Después de dar vueltas en la cama durante un tiempo, si no logras conciliar el sueño, haz algo útil o que tendrías que realizar al día siguiente. Puede ser cocinar y dejar comida preparada, adelantar trabajo, estudiar. Esto te reportará un doble beneficio: no solo te ayudará a que paulatinamente te vayan llegando las ganas de dormir por el cansancio adicional, sino que también adelantarás cosas que debes hacer en unas horas (es posible que alguna de ellas te haya generado tensión y se haya estado interponiendo entre tú y el descanso).
4. No saltes comidas. Tanto si sueles comer mucho como poco en situaciones de ansiedad, omitir alguna comida (en especial, el desayuno) puede ser contraproducente, ya que además de la irritabilidad, estarás más propenso a “atracones”. Entonces, cuanto más seguido comas (cinco o seis veces al día sería lo ideal), mayor será tu equilibrio interno, y tu ánimo también mejorará.
5. Haz algún tipo de ejercicio físico. Caminar, correr o bailar (entre otras posibilidades) generan movimientos internos en tu organismo y sensaciones placenteras que te beneficiarán ampliamente. Lo que más te guste hacer para mover tus músculos te permitirá oxigenar tu cerebro y tus emociones. Además, tu cansancio será mayor a la noche y esto te ayudará a dormir más relajado y en paz. Personalmente, esta opción me parece maravillosa. Es la que más utilizo y mejores resultados me da.
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