Por eso, quiero separar a las personas celosas en dos categorías diferentes:
Hay quienes tienen celos por algún motivo real. Por ejemplo, si una mujer está al lado de un hombre que la engañó en alguna o varias oportunidades en el pasado, es probable que, por algún tiempo, le quede cierto grado de desconfianza (siempre y cuando, sea en términos lógicos y pueda seguir con su vida y sus actividades con normalidad).
Pero también están quienes celan a sus parejas todo el tiempo, con o sin razón, hasta inventan motivos para hacer escenas o para desconfiar de sus palabras o de sus hechos. Ven (inventan) amenazas externas en cualquier situación, hasta la más insignificante. Suelen ser individuos inseguros, con complejo de inferioridad (aunque físicamente o en sus actitudes intenten demostrar lo contrario) que proyectan sus traumas intrapersonales en el ser que los acompaña. Les resulta imposible manejar sus emociones. Muchos han sufrido desamor o abandonos en su vida y por eso tienen fobia a que les vuelva a ocurrir. No controlan los celos que padecen y, en muchas ocasiones vivir con o cerca de ellos resulta un infierno, ya que nada de lo que haga la otra persona les dará confianza, porque internamente, carecen de ella.
Las personas con celos incontrolables y enfermizos sufren mucho y también infligen un gran dolor al objeto de su obsesión. Es importante intentar controlarlos, buscar la causa real interna que los produce y trabajar sobre ella. Mi consejo: si este es tu caso y el apoyo de tu familia y de tus amistades no te alcanza para superar este estado de zozobra permanente, busca ayuda profesional antes de seguir lastimando a la persona que te acompaña, y de infligir un daño permanente a tu relación.
¿Te consideras una persona muy celosa?
Fuente:
Mejora Emocional
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