Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: #Biografía de Tomás Méndez Sosa
Author: Jose Luis Duarte
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Compositor mexicano Tomás Méndez, autor de clásicos de la música vernácula como "Gorrioncillo pecho amarillo", "Cucurrucucú...
Compositor mexicano Tomás Méndez, autor de clásicos de la música vernácula como "Gorrioncillo pecho amarillo", "Cucurrucucú paloma", "El ramalazo", "Golondrina presumida" y "Paloma negra",

Nació el 25 de julio de 1926 en Fresnillo, Zacatecas. Sus padres fueron Juan Méndez y María Sosa. Su municipio colindaba con Plateros, un pequeño pueblo eminentemente minero, donde se venera al Santo Niño de Atocha o Niño de Plateros, cuya imagen se considera tradicionalmente milagrosa. Creció en el seno de una familia de escasos recursos, su padre era minero y como consecuencia de su trabajo murió de tuberculosis. Tuvo seis hermanos: Antonio, Juan, Manuel, Agripina, Ángela y Amanda, quienes como él, desde pequeños ayudaron en la manutención de la casa. Tomás destacó por ser muy alegre y trabajador. Su infancia transcurrió en casas donde hacía labores de mozo y de mandadero. Entre los once y doce años, le asignaron el trabajo de llevar canastas con comida a la mina Buenos Aires. Recuerda con nostalgia a su madre cómo se emocionaba al verlo llegar, cómo lo escuchaba platicar del trabajo y cómo le daba el dinero que le pagaban. A manera de buen augurio de lo que le deparaba el futuro en el ámbito de la música y la composición, dormía junto a una ventana desde la que podía ver las estrellas y la luna. Como estudiante, siempre mostró buena retención y facilidad de palabra, además de que en sexto grado de primaria tuvo la cualidad de dar las lecciones con entusiasmo y simpatía. Más tarde, consiguió trabajo en la hacienda Proaño, donde los dueños y jefes mineros eran estadounidenses. Él trabajaba con Joe Wright Terral, quien consideraba el lugar como un oasis. Para Tomás era un gran orgullo pertenecer a la hacienda. Con el tiempo, prácticamente fue adoptado por el dueño y su esposa, quienes pusieron bajo su cuidado, durante ciertas horas al día, a su hijo de tres años. Para entretenerlo, Tomás acostumbraba pasearlo en un carrito jalando una manivela. Fue muy feliz en esa época. Sin embargo, un día, al ir a dejar la comida a la mina, el pequeño que debería estar dormido, salió de su cuna y se dirigió a un montículo de arena cercano a las vías del tren. Al parecer resbaló y cayó al paso de la locomotora. Su muerte fue instantánea. En recuerdo del pequeño fallecido, al sepelio acudió un solo niño que jalaba un carrito con flores. Era tal la tristeza de los padres, que decidieron marcharse del pueblo, no sin antes recomendar a Tomás en el hospital del que también eran dueños. A pesar de su corta edad, fue aceptado. Ahí, ayudaba a los enfermos, lavaba utensilios, asistía en el área de rayos X, y en ocasiones laboraba en el anfiteatro, entre muchas otras tareas. Hacía todo por aprender y ser útil. Debido a su entusiasmo, destacó y fue reconocido por los encargados del lugar. Acostumbraba silbar sus primeras composiciones, por ello le pedían no silbar y no cantar en horas de trabajo, pero él no dejaba de hacerlo. Precisamente en Fresnillo, Zacatecas, comenzó a componer influenciado por el ambiente del campo y las costumbres del lugar, evidentemente presentes en sus canciones. Dio a conocer sus primeras composiciones al grupo musical que tocaba en fiestas y reuniones. Empezaron a interpretar algunas de sus canciones en un burdel del pueblo al que él iba de cuando en cuando a escucharlas. Ahí, conoció a una joven que aumentó su inspiración para componer. En su juventud viajó a Ciudad Juárez en busca de oportunidades. Lavó platos en un puesto callejero, pasó tiempos difíciles, por lo que decidió volver a su pueblo. En Juárez conoció a Gabriel Gómez, quien más adelante le grabaría un acetato. Se trasladó después al Distrito Federal sin imaginar que se quedaría a radicar. Al llegar fue llevado con don Felipe, portero de un edificio y tío de un amigo, se quedó un tiempo con él. Después se fue a vivir con su tío Clemente Sosa, donde una tía lo invitó a la Basílica de Guadalupe. Ahí, se encomendó con fervor y pidió ser compositor, ofreciéndole a la Virgen de Guadalupe una canción para el siguiente año, a la que llamó Ofrenda guadalupana, que fue interpretada por Lola Beltrán. Desde entonces, no faltó a su cita cada 12 de diciembre. Al regresar a la Basílica de Guadalupe, al año siguiente, había conseguido empleo como jalador de aplausos en la XEW, con Severo Mirón. Después, trabajó en Cinebos Company como ayudante de productores, cerca de la XEW. Sus jefes eran Juan Gabriel Martínez y Margarita Michelena. Convivió con los escritores responsables de los programas Ley Mex, Gracias Doctor y La Hora Mejor, con Mejoral. Además, ayudaba en el departamento de radio compaginando y sellando guiones. En una ocasión, cuando estaba con Jorge Polilla Gutiérrez en la XEW en La Hora Mejor, con Mejoral, se le presentó una gran oportunidad: conoció a Los Tres Diamantes, a quienes más tarde acompañaría en una gira por Estados Unidos y Cuba como maestro de ceremonias, para después convertirse en su secretario. Por aquella época, dejó de trabajar con Los Tres Diamantes para dar a conocer sus canciones. Conoció a Mariano Rivera Conde, Director Artístico de RCA, hacedor de talentos, introduciéndose por la puerta grande como compositor y alternando con personalidades del medio artístico de esa época. Recibió su primer anticipo de regalías y en unos meses sus composiciones ya eran interpretadas con éxito por Miguel Aceves Mejía, como fue El Aguacero, quien le grabaría muchas más. En la casa del Indio Fernández conoció a Lola Beltrán convirtiéndose en su compositor de cabecera. Para 1952, habían alcanzado el éxito: La luna dijo que no, Que me toquen las golondrinas, Tres días, Desafío, Gorrioncillo pecho amarillo, Huapango torero, llevando al mundo Cucurrucucú paloma. Entre los intérpretes más reconocidos de Tomás Méndez están: Pedro Infante, Javier Solís, Lola Beltrán, Amalia Mendoza La tariácuri, Lucha Villa, Dolores Pradera y Miguel Aceves Mejía, por mencionar algunos, interpretando: Puñalada trapera, El tren sin pasajeros, La muerte de un gallero, Paloma déjame ir, Golondrina presumida, Paloma negra, Suspenso infernal, El ramalazo, Bala perdida, El globero, No le temo a la muerte, Leña de pirul, y Laguna de pesares, entre muchas otras. Trabajó como escritor para televisión de libretos en programas folclóricos como Dos Gallos en Palenque. Fue reconocido en innumerables ocasiones por diversas instituciones. Muestra de ello es el Museo Ágora José González Echeverría ubicado en Fresnillo, Zacatecas, donde dedican una de sus salas-museo a Tomás Méndez, con el objetivo de preservar su patrimonio cultural y difundir la vida y obra de uno de sus personajes ilustres. Fue miembro del Consejo Directivo de la Sociedad de autores y Compositores, de diciembre de l985 hasta su fallecimiento. Para el Mtro. Tomás Méndez su infancia lo forjó para ser un hombre de lucha y sueños, y así superar los retos de la vida. El Mtro.Tomás Méndez falleció en la ciudad de México, el 19 de junio de 1995.

Fuente:
Sociedad de autores y compositores de México

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