no tiene que ser solamente
el que de color azul se viste
sino ese que alegre se pinta
con cerros de nubes blancas
en forma de mil figuras
que muy ligeras se esfuman
con el viento y la distancia.
Y siento que lo mismo pasa
con el amor puro y sincero,
no siempre es el más hermoso
aquel que nunca ha tenido
una nube en el azul de su cielo
porque mucho más se valora
aquel amor que duele y crece
alimentado por un te quiero.
María Elena Astorquiza V.
Salvador de Bahía
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