Por ser un ave que se alimenta de peces pelágicos, los cuales reflejan la productividad primaria del Golfo de California, se considera una especie indicadora del estado del ecosistema marino.
De acuerdo con el monitoreo de la temporada 2018 realizado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se registraron 5037 nidos activos, superando por más del doble a los 2,098 nidos registrados en 2017.
Mediante el monitoreo de salud y el censo poblacional, es posible detectar y prever riesgos directos sobre esta ave y, de forma indirecta, determinar riesgos y cambios en el ecosistema marino del ANP.
El complejo de Áreas Protegidas del Golfo de California incluye islas, islotes y rocas en los archipiélagos de San Lorenzo, Ángel de la Guarda, Bahía de los Ángeles y San Luis Gonzaga, y forman parte del Bien Serial Patrimonio de la Humanidad de la Organización Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Fuente:
SEMARNAT, blog
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