Y, mis sonrisas lloraron, mis olvidos parieron mi memoria.
Yo y mis climas, yo y mis espinas...
Yo y mis contradicciones... Yo y mi imperfección...
Recordé el porqué de mi soledad...
Es que nadie, nadie a tenido el valor
De amarme en mis penumbras,
De revolcarse en mi lodo, y aún así seguirme llamando, Amor...
Beatriz Fonnegra
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