Es verdad que un adiós duele, pero el olvido duele mucho más; ya que el adiós es sólo temporal porque las personas viven en tus recuerdos y en tu alma, pero el olvido es definitivo. Perder los recuerdos que has vivido con esa persona que una vez significó todo para ti, es mucho más desgarrador que el instante de su partida. Hay momentos que nunca vuelven y recuerdos que jamás regresan, es por eso por lo que nunca pares de recordar pero nunca jamás olvides vivir.
Desconozco a su autor
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