se llevó consigo la tinta
con la que puedo escribir.
Se rapto a mi luna
y al cielo lo abandonó.
Me dejó esperando en vano,
ni el silencio, ni su voz
logro escuchar.
Voy descalza, sin pasos,
sin huellas que dibujar.
Llevo maletas cansadas,
unos cuantos trapos viejos,
olvidados en un rincón gris.
Se fugó sin mí,
se llevó en sus alas, mi vuelo.
Me dejó aquí...
Sí la ven o sienten su aroma,
por favor, díganle una y otra vez, que aquí la espero,
porque aunque mi cuerpo se mueva y respire ,
sin alma no puedo vivir.
Alma mía, ¿ dónde estás ?
Sí me escuchas, sólo dame una señal, antes de apagar la luz y besar otra noche sin tí.
Antes de cerrar los ojos
y que en mi sueño, sólo allí
te pueda abrazar.
Regresa, antes que la poesía
ya no me logre encontrar,
si eso sucede, alma mía,
solo seré carne y nada más.
Solo cordura incierta, sin armas para luchar, sin voz para hablar por aquellos, que no pueden.
Sin tí, no puedo ser yo...
Loreley J.Acosta Silveira.
9 de Julio, 2015.
Desde lejos pero cerca.
Feliz vida.
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