Has escuchado varias veces la misma queja de tu pareja: no me escuchas, no me tienes en cuenta, no te importo.
Has intentado comprender realmente qué significa este reclamo o darle alguna solución, pero por los resultados que has obtenido hasta ahora, parecería que no has tenido el éxito deseado.
Esto provoca frustración y la sensación de falta de entendimiento en ambos miembros de la pareja. Crea abismos que, con el tiempo, se van volviendo cada vez más insalvables.
¿Qué hace falta al escuchar estas quejas, específicamente, para que la persona a la que amas sea plenamente feliz? Que la registres.
Registrar incluye diversos pasos, todos de igual importancia:
Prestar atención a lo que dice: escuchar atentamente e internalizar datos o hechos que para él/ella son relevantes. (Por ejemplo, que tiene un jefe nuevo en su trabajo)
Repreguntar: basándote en la información que te da, una forma de demostrar que realmente le hemos prestado atención es formular preguntas relacionadas con lo que nos han comentado. (¿Cómo es tu nuevo jefe? ¿Muy distinto del anterior? ¿Ya trabajaba antes en la empresa?)
Interesarte por sus actividades: si te ha dicho que tiene que hacer algo y, al volver a tu hogar ni se lo mencionas, es probable que a tu pareja se le genere una sensación de vacío y de soledad (especialmente, si suele hacerte los reclamos que mencioné al principio de esta nota). Ten presente lo que es una buena idea comentarle, para que se sienta a gusto, contenida y valorada.
Acompañarla cuando lo necesita (o, por lo menos, ofrecer tu compañía): hay gente a la que no le gusta ir sola al dentista, a visitar un familiar o encargarse siempre de las compras en el súper, pero no pediría ayuda para ninguna de estas cuestiones. Ofrécele ir con él/ella a algún lado al que tenga que ir: tu pareja te considerará más compañero y solidario.
Preguntar cómo le ha ido: Hay parejas que pasan semanas sin preguntarse por el día a día: ¿cómo estás? ¿Llegaste bien hoy al trabajo? ¿Los niños ya hicieron su tarea?
Ofrecer ayuda en tareas en las que nunca te habías involucrado: hace rato que los temas del hogar dejaron de ser propiedad exclusiva de hombres o de mujeres. Si tu esposa llega siempre cansada al hogar, puedes proponer encargarte de la cena un día a la semana. Si tu esposo maneja mucho durante el día, es una idea positiva y fructífera que seas tú quien lleve los niños a la escuela por la mañana algunas veces.
Hacer el seguimiento de lo que para tu pareja es relevante: ya la has escuchado y te has interesado por lo que le sucede. Ahora, viene el seguimiento: saber cómo va transitando por lo que le aqueja o por los cambios que se han suscitado. Siguiendo el primer ejemplo, un par de semanas después puedes preguntarle si ha mejorado o se ha modificado lo que te comentó de su jefe nuevo.
Registrar a nuestra pareja de una manera que ella pueda notarlo y valorarlo es, sin lugar a dudas, un acto de amor que tiene un efecto beneficioso en todos.
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