El Parque fue decretado el 24 de agosto de 1992. Tiene una superficie de 65,516 hectáreas y está integrado por al menos 28 arrecifes, algunos de los cuales presentan lagunas arrecifales con pastos marinos, playas, bajos, islas o cayos.
Los arrecifes coralinos son el principal ecosistema y objeto de conservación ya que contribuyen a la mitigación de los impactos a la costa provocados por tormentas, huracanes y vientos como los “nortes”. Además mantienen la línea de costa relativamente estable, producen oxígeno y captan bióxido de carbono.
El 27 de octubre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incorporó al PNSAV a la Red Mundial del Programa del Hombre y la Biosfera (MAB). El 2 de febrero del 2014 fue inscrito en la Lista Ramsar de Humedales de Importancia Prioritaria Internacional de la Convención Ramsar.
El sistema alberga pastos marinos (Thalassia testudinum) (Halophila decipiens) (Halodule wrightii) (Syringodium filiforme), mangle (Rhizophora mangle) (Avicennia germinans) (Laguncularia racemosa), cocotero (Cocos nucifera), palma kuká (Pseudophoenix sargentii) y grama salada (Distichlis spicata), entre otros.
Es hogar de diversas especies de fauna, algunas de ellas amenazadas o en peligro de extinción como el cuerno de alce (Acropora palmata), cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) y tortugas marinas como la caguama (Caretta caretta), verde del Atlántico (Chelonia mydas), blanca (Lepidochelys kempii), lora (Eretmochelys imbricata), carey (Dermochelys coriácea) y laúd, entre otras.
Fuente:
SEMARNAT, blog
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