Amarte ha sido entender que las lágrimas tienen también saber a miel, que se sonríe por el simple echo de existir, que se puede caminar sin que los pies toquen el suelo, y sentir a flor de piel el perfume de las flores con el rocío de la mañana, me ha hecho comprender que existe Dios, porque me sostuvo entre sus brazos cuando tú me abrazabas, porque me habló al oído, cuando tu, con esa mirada iluminada me dijiste ese primer te amo.
Amarte ha sido el momento preciso cuando el mundo se detuvo solo para nosotras, cuando el sol giraba a mi alrededor, como dándome la luz para que la almacenara para siempre, ha sido vivir en la luna misma y probar el milagro continuo de un amor que se entrega sin pudores entre las sábanas, de miradas cómplices y silencios eternos que nos decían más que cien mil palabras, de entrelazar manos mientras se tejía el futuro más bello que pudiera imaginar.
Amarte ha sido encontrarle significado al enigma que es la vida, es aprender a perdonar aún antes de que se peque, es experimentar diariamente un renacer y aceptar que los defectos pueden volverse virtudes cuando se ve con el alma, es ver más allá de lo que a simple vista se puede apreciar, es sentir desde las entrañas hasta hacer temblar la piel, es saborear el hervor de la sangre irrigando el corazón que late solo por tu amor.
Amarte ha sido lo que me mantiene viva, y lo que me permite morir, si así lo dispusiera el destino, con la tranquilidad de haber amado profundamente, de haber conocido la felicidad, de haber sido plena, por eso y por tantas razones más, es que decido seguir amándote para siempre y luchar por volver a tenerte, porque sé que tu has sentido lo mismo y podemos alcanzar la perfección en medio de la inmundicia de esta humanidad que no ha aprendido a amar realmente.
BR
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