se suspende en el aire
de calles desiertas
Calles sin salida,
obstruidas
por la maraña de la vida
Vida que se esfuma
entre las nieblinas
de aquellos ojos
Ojos que un día brillaron
entre los surcos
de tus caricias
Caricias que se perdieron
aparcadas en manos
ya sin sentidos
...
Maria Glez Méndez
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