Es tu energía que sigue a tus pensamientos o percepciones. Podemos experimentar las cosas que no tienen un verdadero origen.
Pero la mente y las emociones no lo saben y pueden vivir en temor y amplificarlo, usándolo como la razón para no desempeñarse en el mundo. Tu diálogo interior vendría a ser algo así: “¿Qué pensarán de mí? ¿Y si fracaso? ¿Y si no sirvo para nada? ¿Y si cometo una equivocación?”
La cura para el temor es la empatía. La empatía es una forma de comprensión.
- John-Roger
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