desvelan las soledades aparcadas
entre tifones de negros amaneceres
Amaneceres que ayer suspiraban sueños
susurrándote al oído el calor de un nuevo sol
entre caminos sembrados de color
Color que se aparco en la paleta del pintor
que buscó nuevos lienzos
entre las hojas de tu calendario
Calendario que se consume
apagando la luz de tus días
entre relojes de arena ya sin vuelta
Relojes que ayer cantaban melodías
enmudecidos por el hoy
entre manecillas desgarradas de dolor
Dolor que amarra tu alma
en la cárcel de la oscuridad
entre barrotes impenetrables.
Sinsabores de la vida ...
María Glez. Méndez.
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