- Evitar el silencio. Muchas personas suelen callar ante los conflictos, creyendo que de ese modo se estará evitando o terminando con la controversia, pero en realidad lo que se alcanza con esto es la frustración y una creciente sensación de fracaso, pues se van acumulando gran cantidad de tensiones, rencores y malos pensamientos sobre el otro, que al guardarse por un buen tiempo habrán envenenado nuestro interior y cuando se explota suele hacerse sin control.
- Preparar. En la medida de lo posible, prepare el ambiente en donde se discutirá, es decir, busque el lugar y momento oportunos. Una conversación tensa a las dos de la mañana no solo es inoportuna, sino que probablemente no llevará a ningún lado. Evitar discutir a la hora de la comida, cuando están a punto de salir o cuando hay personas que no tienen nada que ver con el problema, como los niños o familiares y amigos.
- Atacar el problema y no a la pareja. Evitar atacar a la pareja con sarcasmos e ironías que no ayudan a solucionar la situación.
- Usar un lenguaje verbal y no verbal adecuado. Cuide su tono de voz, las palabras que utiliza, los gestos, etc.
- Concentrarse en las soluciones y no en los problemas. Ofrecerse mutuamente alternativas de solución, luego preguntarse, ¿estamos los dos igualmente satisfechos con esta solución?, ¿la consideramos justa? Tal vez no sea la solución perfecta, pues en ocasiones ésta no existe, pero sí se debe de estar de acuerdo en que es la más aceptable y que se pondrá en práctica.
- Observar. Debe fijarse si casi siempre se discute sobre los mismos temas y utilizando los mismos argumentos. Si esto ocurre es porque cada uno se cierra en un único argumento y no se ven las cosas desde la óptica del otro, y así es imposible avanzar y encontrar alternativas. Hay que ser empático.
- Referirse al presente. No irse por la tangente o sacar a relucir cosas sin importancia que no vienen al caso. Es evidente que de esa manera es imposible aclararse ni encontrar soluciones a nada.
- No espere a que su pareja haga lo que usted haría, recuerde que su pareja no es un clon. No puede cambiar a su pareja pero si la dinámica que tienen.
- Se puede hacer un convenio de dedicar un par de horas, semanalmente, a la solución de conflictos. Es importante que sea un momento en el que puedan estar a solas y discutir todos los problemas de la semana. Estableciendo ciertas reglas, como un límite de tiempo, turnos para escucharse, no interrumpir al otro pero eso no significa que el primero tiene derecho a hablar indefinidamente.
Regina Vides
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)
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