Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: ¡Gracias a la Vida...!
Author: Jose Luis Duarte
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Erase una vez un hombre desesperado que acudió a un rabino, buscando ayuda. -Querido Rabino —le dijo—, el panorama de mi casa es aterrador, ...
Erase una vez un hombre desesperado que acudió a un rabino, buscando ayuda.

-Querido Rabino —le dijo—, el panorama de mi casa es aterrador, y no tiene pinta de mejorar. Mi mujer, mis seis hijos, algunos con sus respectivas familias y yo, vivimos juntos en una pequeña casa. Como estamos tan apretados, los roces y las discusiones están a flor de piel. Hemos llegado a un punto en que estamos todos gritando y peleando; ya no tenemos paz.

El Rabino reflexionó unos minutos y le dijo:

-Si haces lo que te digo, pronto mejorará tu vida y la de los tuyos. Pero antes dime algo: ¿Tenéis animales en la granja?

-Sí, tenemos una vaca, dos cabras, varias gallinas y seis patos —contestó agobiado nuestro hombre.

-Estupendo, entonces regresa a tu hogar y mete a todos los animales dentro de tu casa a vivir contigo y con tu familia y regresa en una semana, antes no.

El pobre hombre atónito, y sin decir palabra, obedeció las órdenes de su Rabino sin comprender nada. Al llegar a casa, metió resignadamente todos sus animales dentro de ella.

Pasó una semana y nuestro amigo con grandes ojeras y cara de angustia, acudió al Rabino, y le dijo: “La situación no puede ser más caótica y con todo respeto, es peor el remedio que la enfermedad. Mi hogar se ha convertido en un establo; la vaca, por su tamaño, ha destruido todo; las cabras se comen las alfombras y los muebles huelen horrible; finalmente, las gallinas vuelan por toda la cocina ensuciando todo. Mis hijos casados, con sus familias, se fueron huyendo, pues no resistieron más, y mi esposa quiere abandonarme. Todos salen al amanecer y regresan tarde en la noche. Ayúdeme, por favor, se lo suplico.

-Pues bien, regresa a tu casa y saca a los animales. A los días, el hombre plácido y alegre volvió donde el Rabino.

-En verdad, no sé cómo darle las gracias, sus sabias palabras nos han sido de gran ayuda. Ahora que sacamos los animales, tenemos mucho más espacio y nuestra casa es un hogar limpio y acogedor. La vida nos vuelve a sonreír, mis hijos al salir temprano de casa consiguieron trabajo y los casados se marcharon a hacer su propia vida. Usted tenía razón: Dios nos ha ayudado”.


A muchos de nosotros nos puede pasar como al hombre de la fábula, porque estamos tan agobiados por las preocupaciones y el ritmo de actividad acelerado que mantenemos, que dejamos de ver y de reconocer los elementos positivos que tiene la vida. Al dejarnos llevar por el estrés diario, y la carrera alocada para conseguir las cosas que creemos necesitar, perdemos la capacidad y la disposición de hacer lo necesario para mantener la armonía y el bienestar de nuestro espacio familiar. Lamentablemente, el estrés nos toma por completo sin que nos demos cuenta, trastornando nuestro carácter y manera de ser, llevándonos en la mayoría de los casos a convertirnos en personas agresivas, irritables y defensivas, ignorando y olvidando el valor que tienen los pequeños placeres de una vida sencilla.

Cada día creemos necesitar más, nada nos satisface y cualquier pequeñez nos amarga la vida. A veces nos sentimos con derecho a todo, hasta que la vida sin anunciar nos pone en la justa dimensión.

Vale la pena detenernos y reflexionar un poco acerca de esto, pues el deseo de adquirir o alcanzar una mejor calidad de vida material, puede llevarnos a equivocar el camino y al recorrerlo, perder los regalos y las bendiciones que recibimos día a día y que debemos disfrutar, agradecer y compartir con los demás.

Conectémonos sólo a aquellos eventos, comentarios e ideas positivas, que nos lleven a vivir a plenitud cada día y a disfrutar mucho más de la vida, reconociendo que tenemos muchas veces, más de lo que en realidad podemos usar y disfrutar.

Claves para disfrutar y valorar lo que tenemos


Aprecia lo que tienes. Si haces una lista de tus bendiciones, te darás cuenta que tienes más de lo que en realidad puedes usar. Incluye en la lista a las personas que te quieren y quieres, las pequeñas grandes cosas que disfrutas y los regalos esenciales, como la oportunidad de estar vivo y los momentos de felicidad y paz en tu vida.

Desecha lo negativo. El perdón y el olvido, son los antídotos por excelencia para sanar el resentimiento y liberar los sentimientos y los recuerdos negativos. Recuerda sólo lo bueno y positivo.

Deja de compararte. Evita mirar hacia los lados, para fijarte en lo que tienen los demás, pues la envidia se apoderará de ti. Más bien concéntrate en cada esfuerzo que haces por conseguir tus metas y la paz interior.

Siéntete agradecido. Reconoce y valora todo lo que tienes, siéntete agradecido con las personas que contribuyeron con tu bienestar y con la Divinidad por todas las oportunidades y las bendiciones. Esta es la base de la prosperidad. ¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

Maytte Sepúlveda

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