Te conozco tanto que intuyo hasta tu manera de mirar, con los ojos somnolientos y apagados, y no con la mirada viva y despierta que me dabas a mi, que iluminaban cualquier sitio por donde pasábamos, porque aunque quieras evitar tu realidad, nada puedes hacer para contra ponerte a la voluntad divina de saber que nos pertenecemos, porque mi alma está dibujada en cada poro de tu piel y eres tan de mi como yo de ti.
Te conozco tanto que reconozco que niegas mi presencia en tu vida ante los demás, que mi nombre te lo tragas con un trago de vino tino, pero lejos de borrarlo, se va a tu torrente sanguíneo llevándome a cada rincón de tu ser, donde me voy pegando cada vez más y más, porque el tiempo no es la cura para el destino, porque no importa cuando mientas a los demás y a ti, sabes mejor que nadie que yo estoy dentro de ti.
Te conozco tanto que sé que miras las estrellas y tratas de juntarlas para que dibujen las iniciales de nuestros nombres, ahí, con la soledad embriagándote mientras los demás piden tu presencia, pero tú estás aquí conmigo, sonriendo mientras lloras, cantando mientras quieres callar, y cada noche y en cada amanecer, soy yo lo primero que te viene a la mente, y odias que así sea, odias amarme tanto como odias no poder olvidarme.
Te conozco tanto que estoy segura que al igual que yo, me echas de menos a cada instante, y quieres volver, pero no tienes idea de cómo buscarme después de todo el daño que nos hemos hecho, te conozco tanto mi amor, que sé que hablas de mi cambiándome el nombre para que nadie advierta nuestra verdad, y que cuentas nuestras historias como si fueran de alguien más, te conozco tanto mi vida, que sé que pronto estarás aquí.
BR
Publicar un comentario