Queriendo llorar sus risas, y resucitar los poros que le agonizan.
Recorro sus arrugas, que le dicen vívido, voy sanando sus dejos
Antes de mí, y busco más preguntas en sus miedos, que respuestas en sus ojos...Me ensucio en su pantano, me enredo en sus contradicciones...
Y lo convierto en mi verso infinito... Existe tanto que amar en él...
Si, dejé de serme, solo para serle,
Con el fin de explicarme porque siendo nada, lo ha sido todo...
Porqué me gustan más sus espinas, que su olor a rosa,
Y comprendí, que sus penumbras lo hacen real,
Que no promete un paraíso que no ha vivido,
Ni una eternidad que no conoce...
Lo prefiero a él, tan abstracto, tan diablo, tan ángel...
Prefiero, sus arrugas, su cuerpo cansado, sus pies desgastados
Y su alma en libertad... Lo prefiero, aunque el tiempo, nos hizo destiempo...
Te aseguro, que...
Viviría mil muertes, con tal de agonizarme en tu alma.
Beatriz Fonnegra.
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